sábado, 15 de noviembre de 2008

Grammy Latinos: la estafa de todos los años

Ya casi no me sorprendo ante el circo que representa cada año la ceremonia de los Premios Grammy Latinos, un acto que suele pecar de dos cosas principalmente: la frivolidad y el aura comercial que rodea el espectáculo; y el escaso movimiento en las filas de los nominados que se ha producido entre la primera edición (2000) y la última, que tuvo lugar en la madrugada del pasado viernes en Houston (Texas). Sería poco acertado decir algo así como: "da la impresión que todos los años aparecen las mismas caras: Juanes (17 Grammys Latinos en menos de una década), Maná, Alejandro Sanz, Santana, Shakira... ". No nos engañemos, no es que "dé la impresión", no son imaginaciones nuestras y todavía muchos somos demasiado jóvenes para padecer síntomas de alzheimer.



Así, podemos creer con gran parte de razón que la música facturada en América Latina y España siempre se encuentra 'abanderada' mundialmente por los mismos personajes. También es cierto que en todas las ediciones se premia a artistas menos comerciales y de ideas más brillantes, como Os Paralamas, Caetano Veloso, Milton Nascimento o Café Tacuba, pero únicamente en la categorías menos conocidas y a las que los medios prestan menos atención. Como de costumbre, la mayoría de los periodistas de prensa, televisión y radio generalistas, informan de lo más destacado, esto es, las secciones de Mejor Álbum, Mejor Canción, Mejor Grabación y, a lo sumo, Mejor Productor, dando a entender, prácticamente, que lo demás no existe o merece ser arrinconado en un margen que sólo unos pocos curiosos y melómanos conocerán.
Para comprobar estas afirmaciones tan sólo es necesario consultar la página web oficial de los Premios Grammy, y en ésta pinchar en el enlace correspondiente a la edición latina. Veamos un ejemplo claro, el de que aquel chaval que pudo ser un artista interesante pero que viró el rumbo hacia la cursilería comercial y los chalets en Miami: Alejandro Sanz. El artista ha sido galardonado durante cuatro años consecutivos; consiguió la Mejor Canción y la Mejor Grabación en 2001 ('El alma al aire'), 2002 ('Y sólo se me ocurre amarte'), 2004 ('No es lo mismo') y 2005 ('Tú no tienes alma'), y el Mejor Álbum en 2001 (El alma al aire), 2002 (MTV Unplugged), 2004 (No es lo mismo).
Otro ejemplo es el de Juanes. Desde que fuera premiado como Mejor Artista Revelación en 2001, el colombiano no ha dejado de aparecer en la ceremonia. En ese mismo año consiguió la Mejor Canción Rock con 'Fíjate bien' y el Mejor Álbum Rock Masculino por su disco homónimo. En 2002 logró de nuevo el premio a la Mejor Canción Rock con 'A Dios le pido', y en la siguiente edición arrasó con Mejor Grabación y Mejor Canción ('Es por ti'), Mejor Álbum (Un día normal), Mejor Álbum Rock Masculino (Un día normal) y Mejor Canción Rock ('Mala gente'). En 2005 volvió a hacerse con los gramófonos al Mejor Álbum Rock (Mi sangre) y a la Mejor Canción Rock ('Nada valgo sin tu amor'). Afortunadamente, en 2006 y 2007 aparecieron otros artistas premiados en estas categorías, los argentinos Gustavo Cerati y Fito Páez, que dieron un soplo de aire fresco a una celebración viciada de monotonía. Sin embargo, este año hemos vuelto a más de lo mismo: Juanes ha vuelto a pasar como un huracán en los Grammy Latinos, consiguiendo Mejor Grabación y Mejor Canción ('Me enamora'), Mejor Álbum y Pop Masculinos (La vida... es un ratico) y Mejor Vídeo Musical Versión Corta ('Me enamora'). Esta vez, Andrés Calamaro arrebató al colombiano el premio al Mejor Álbum de Rock Vocal con La lengua popular.


Otros nombres que suelen verse en las quinielas son el de Gloria Estefan (premiada este año como Persona del Año, supongo que más por sus obras benéficas que por su trayectoria como artista), Enrique Iglesias (¡consiguió el galardón al Mejor Álbum Pop Vocal Masculino por Quizás!), Juan Luis Guerra (multipremiado en la pasada edición de 2007 y probablemente uno de los pocos artistas que pueden ser galardonados con toda justicia dentro de su género), Shakira, Laura Pausini (¡nunca la déis por vencida!) o Maná (aunque sus letras, cada vez más cercanas a las clases de catequesis, demuestran que la banda mexicana debería participar en la categoría de Música Cristiana -¡la hay!- y no en la de Rock).
Pero en todo este caldo hay un ingrediente más que da al espectáculo un burdo tufo de sospecha... Los grandes monstruos de la industria discográfica acechan detrás de las bambalinas, frotándose las manos ante la sensación de contemplar una carrera cuyo resultado ya conocen de antemano. Un dato revelador: los grandes ganadores de todas las ediciones editan sus trabajos en los cuatro mayores sellos discográficos del planeta, Universal Music (Juanes, Enrique Iglesias) Warner (Alejandro Sanz, Maná, Laura Pausini, Miguel Bosé), Sony BMG (Shakira, Christina Aguilera, Gloria Estefan, Ricky Martin, Marc Anthony) y EMI (Luis Miguel).


Analizando todos estos datos, puedo concluir, sin morderme la lengua, que los Grammy Latinos son, en términos generales, una auténtica estafa, además de una clara muestra de mal gusto, falta de criterio y escaso olfato musical, lo que me lleva a pronosticar que, a no ser que la política de esta ceremonia hortera y de paradójico sabor yanki cambie de raíz, estaremos viendo durante muchos años a las cuatro multinacionales de siempre con los caballos de batalla que hayan sacado para cada ocasión.

6 comentarios:

basiliopc dijo...

Menos mal que existe la posibilidad de escuchar la música que a nosotros nos gusta por otros medios que Los 40 Principales (como dice el rapero ToteKing "Los únicos 40 que conozco son ladrones de leyenda").

También es cierto que a menudo pecamos de elitismo, y nos mola que nuestros grupos preferidos sean de culto. ¿Te molaría un concierto de Calamaro lleno de quinceañeras enfervorizadas? Pan y circo pal pueblo.

Un saludo.

J. R. Bizarro dijo...

Si son quinceañeras con criterio, me daría igual... En cualquier caso, entre la horterada y los artistas de culto hay un largo trecho lleno de grises de diferentes tonalidades. No estoy a favor del elitismo, creo que la música, como parte de la cultura, debe democratizarse y llegar así al mayor público posible. Lo que es lamentable es que se vendan los premios Grammy Latino como la ceremonia donde está lo más valioso de nuestra cultura latinoamericana y mediterránea. Es una pena que se dé esta imagen...

V dijo...

maná, gloria estefan, marc anthony,... año tras año acaparando los premios segundones de la música más comercial. qué más se puede decir de la caspa y el pachangueo, por lo menos nadie que le guste la música presta ya demasiada atención a estos saraos decadentes de los mafiosos de Miami

J. R. Bizarro dijo...

efectivamente, querido camarada V, efectivamente.

dtordable dijo...

vaya basura que es la música latina en general.

J. R. Bizarro dijo...

Lamentablemente, las grandes multinacionales han creado una etiqueta absurda, 'latin music', para clasificar una serie de artistas comerciales y de nula originalidad. El problema está en que lo único de latino que tiene la mayoría de estos individuos es que cantan en español -y algunos ni eso-, pero no hacen música característicamente de los países latinos, sino eminentemente pop. Insisto en que la etiqueta -como casi siempre- no tiene sentido. Sin embargo, merece mucho la pena echar una escucha a todo un plantel de ARTISTAS -estos sí con mayúsculas- que han hecho y siguen haciendo auténtica música sudamericana y mediterránea, inclusive mezclada sabia y coherentemente con otros estilos. Ahí están, por citar unos pocos, Lila Downs, Paolo Conte, Sonido Changorama, Melingo, Gotan Project, Axel Krygier, Cumbia Ya!, Los Fulanos, Bajofondo Tango Club, La Shica, Vinicio Capossela, Señor Coconut, Julio Voltio...