"A mi hija le encantan: son guapos, tienen pose y encima cantan y tocan bien... ¡lo tienen todo!" Algo así me contaba David Elorriaga sobre los Jonas Brothers mientras íbamos de camino a Badajoz para actuar con Cira. Entonces poco sabía sobre estos tres pipiolos disfrazados de rock'n'rollers -a fin de cuentas eso es lo que son-. Ahora, al menos, ya sé algo de la singular historia de estos muchachos que con sus canciones llenas de sentimientos consiguen mojar las mejillas y... otras cositas de las adolescentas.
Las vidas de Joe, Nick y Kevin -sinceramente, en principio me interesa más su privacidad que su música- son un cóctel de peculiares y jugosos ingredientes. Empecemos por el mayor, Paul Kevin Jonas II -su padre se llama igual pero con un solo palito al final-. Nació el 5 de noviembre de 1987 en Teaneck (Nueva Yersey) y en el grupo se ocupa de la guitarra y los coros. Según la web oficial española de la banda, su actor preferido es... cómo no, James Dean, un auténtico rebelde; su sabor favorito de helado, el rocky-road -en el fondo sabe muy parecido a las perrunas manchegas-; y su músico predilecto, John Mayer -aquel cursi que cantaba eso de 'Free fallin''-.
El siguiente en la pirámide jonásica es Joseph Adams Jonas (15 de agosto de 1989, Casa Grande, Arizona). Él es el encargado de transmitir, con su tersa y dulce voz, las sensaciones más desnudas y bonitas del grupo -también toca la guitarra-. Joe es lo que se dice un chaval sencillo: se parte la caja con una simple comedia de Jim Carrey, su color favorito es el azul y lo goza con los sandwiches de pollo. El único defecto está en que su deporte preferido es el wiffel ball y, claro, el pobre nunca tiene ocasión de practicarlo en grupo porque la gente ve demasiado temerario el jugar a algo cuyas reglas todavía se desconocen.
Nos queda el benjamín, el chiquillo: Nicholas Jerry Jonas (16 de septiembre de 1992, Dallas, Texas). El pequeño Nick es un hacha: comenzó en la música como solista, con 11 años, pero poco después debió pensar que lo de sus hermanos podía dar pasta. En los Jonas Brothers se ocupa de los teclados y las guitarras, aunque también toca la batería. Un hacha. Entre sus hobbys se encuentran jugar al baseball y coleccionar tarjetas de... baseball.
¿Y sus padres qué dicen de todo esto? Ah, sus padres están encantados. Papá Jonas es un ex pastor evangélico pero está tranquilo mientras los únicos signos de rock'n'roll que asomen en sus queridos hijitos sean esas cazadoras oscuras de cuero que visten de vez en cuando. Por lo demás, todo perfecto: realizan conciertos en contra de las drogas -qué alivio, no se parecerán a todos esos greñosos de Hendrix, Morrison y demás inventos malignos-, aparecen en exitosos telefilmes de Disney para jóvenes y jóvenas de espíritu pícaro pero trasfondo políticamente correcto -casi 9 millones de pipiolos estadounidenses vieron el estreno de Camp Rock- y son admirados por gente tan importante -y pulcra- como David Beckham.
Nos faltan las canciones: qué maravilla, qué compendio de temas llenos de sensaciones recién descubiertas... En realidad, es como estar escuchando las angelicales melodías de los Backstreet Boys sobre una base instrumental pseudo-rockera. Mención especial para la balada con mayúsculas, muy importante en el Jonas-Cosmos. El medio tiempo 'When you look me the eyes' es un buen ejemplo. Claro que también hay piezas tan burbujeantes como los inocentes refrescos que beben los fans mientras escuchan a su trío favorito. Ahí están 'S.O.S' o 'Burnin' up', entre otras perlas. Y las letras: 98'9% impregnadas de amor adolescente, de vez en cuando sazonadas con un poquito de pimienta -"I'm hot / You're cold", rezan los primeros versos de 'Burnin' up'-.
Como es de imaginar, las páginas web de fans se cuentan por centenas. Una de ellas, www.jonas-brothers-fans-xd.nireblog.com, relata un episodio curioso bajo el título de Campaña para apoyar a Kev!!!:
Los Jonas Brothers estaban dando una entrevista en la radio, como siempre contestan a sus preguntas y corresponden a los que los demás dicen, ustedes saben, son muy honestos, pero lo que paso esta vez se nos hiso muy raro, y lee bien, ellos estaban dando cómodamente la entrevista, a excepcion de Kevin, que como tu sabés siendo una verdadera fan de los Jonas, él es el que habla más y correspode a las preguntas más a menudo..Pero en este caso, la conductora de la radio nota que Kevin se veía distinto, distraído y algo callado, a lo q la conductora le pregunta que si tiene algo, a lo que él le contesta diciendo: "Cuando saliamos mis hermanos y yo del autobús, unas fanáticas nos vieron y exclamaron: ¡Mirá ahí están Joe y Nick! A lo que otra fanática dice: ¡Y el otro integrante de la banda!. Yo me sentí muy mal porque al parecer solo me ven como 'otro integrante' de la banda The Jonas Brothers". Cuando Kevin terminó de decir eso, la conductora se conmovió y abrazó a Kevin.
Modernos, cool, guapos, bien vestidos y con buenas intenciones. Así son los Jonas Brothers, tres chavales que con tres discos -It's about me (Sony, 2006), Jonas Brothers (Hollywood Records, 2007) y A little bit longer (Hollywood Records, 2008) han conquistado los corazones de millones de jovencitas.
Señora, no cante victoria porque Avril Lavigne haya crecido, ¡ya llegó el relevo! Convénzase de una vez: el teen-power ni se crea ni se destruye... ¡se transforma y se perpetúa por los siglos de los siglos! Amen.
Burnin' up
When you look me in the eyes
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miércoles, 22 de octubre de 2008
jueves, 9 de octubre de 2008
FETICHES CON ACNÉ: El fenómeno Crepúsculo
Mi querida muchachada blogotroter:
incorporo a este Blogo Bizarro una nueva sección semanal, Fetiches con acné, un ácido recorrido por la actualidad adolescente en busca de los ídolos, las debilidades, los amuletos, los tótem de los jóvenes y jóvenas de hoy en día. Un apasionante safari por una enrevesada jungla de la que intentaré salir ileso y licon el cutis bien limpio. ¡Señora, entienda mejor a su hijo/a y sucumba de una vez al... TEEN POWER!
Todos los diarios digitales que he consultado coinciden en la misma idea: la escritora Stephenie Meyer va paso de arrebatar a J. K. Rowling el puesto de autora más popular entre los jóvenes y jóvenas, entre adolescentes y adolescentas.
Yo, hasta esta tarde, no he sabido quién es la tal Meyer, y resulta que ya ha publicado cuatro libros cuyas ventas se han traducido en una piscina de billetes que nada tiene que envidiar a la de la creadora del mago con dioptrías. El primero de ellos alcanzó el puesto 5 en la lista de best-sellers del New York Times y fue elegido libro del año por Publishers Weekly. ¡Atienda, señora: Meyer es la nueva adalid del super-ventas juvenil! Claro que su modus operandi no ha trascendido la vulgaridad de los best-sellers actuales, porque lo que esta mormona cuarentona fanática de la música de Muse nos ofrece es una rica ración de saga, la Saga Crepúsculo, formada por los títulos Crepúsculo, Luna nueva, Eclipse y Amanecer. Mediante una sabia y eficaz fórmula concentrada a base de romance adolescente y terror revienta-acnés, esta novela seriada cuenta las aventuras de Isabella Swan 'Bella', una chica normal y corriente que se enamora de un sedcutor vampiro, Edward Cullen. Échele guindas al pavo...
Ayer por la tarde fui a la FNAC; claro, yo no sabía nada de todo esto de la Meyer y me dí de bruces con un fenómeno que no logré entender. Lo primero que me desconcertó fueron unas tiras color granate que formaban una cortinilla en la entrada a la cuarta planta del edificio. Era demasiado temprano para los adornos navideños, pensé, e inmediantamente, como si esperara la explosión de una granada a 15 metros de mí, me tapé los oídos y cerré con fuerza los ojos temiendo escuchar algún villancico. Por suerte, no oí ninguna vocecilla aflautada dispuesta a perforarme el tímpano con su tonto pero feliz cántico.
Atravesé el visillo rojo violado después de que lo hiciera con desgana un hombre canoso de traje, corbata y zapatos brillantes como un excremento descompuesto y tornasolado por la luz amarilla del inodoro de tus vecinos. Al otro lado había algo parecido a eso que los anglosajones llaman stand, donde se había apilado un buen puñado de libros con un -a priori- esperanzador título: Amanecer. En la portada: un tablero de ajedrez con una reina blanca en primer plano y un peón rojo en el fondo. Pensé que se trataba de una publicación reciente y muy esperada. Me acerqué a aquel stand y ojeé un ejemplar. Después tomé el primer libro de la saga, Crepúsculo, y leí la contraportada:
"Hay tres cosas de las que estoy completamente segura: primera, Edward es un vampiro. Segunda, una parte de él se muere por beber mi sangre. Y tercera, estoy total y perdidamente enamorada de él".
Empezaba a saber por dónde iban los tiros... pero no pude reflexionar mucho más sobre aquellas palabras pues en ese momento una tromba de gritos y suspiros adolescentes rompió la aparente calma de la cuarta planta. El escándalo se acercaba por las escaleras mecánicas. De pronto, unas quince o veinte quinceañeras se avalanzaron emocionadas hacia las pilas de ejemplares de Amanecer. Sin apartar la vista de aquel alborozado grupúsculo, retrocedí tres pasos sin poder barrer la estupefacción de mi rostro.
Aquellas chicas, varias de ellas vestidas con prendas negras y motivos góticos, comenzaron a devorar con avidez los primeros renglones de tan esperado libro. ¡Algunas se echaban fotos en el stand! ¡Otras acunaban en sus regazos pilas de tres y cuatro ejemplares! Incapaz de apartar la vista de aquel panorama. De pronto me sentí como un abuelo de noventa años que no logra entender lo que sucede a su alrededor. Era obvio que Amanecer se ponía a la venta aquel día. ¡Qué emoción! ¡Qué expectación! Si hasta los dependientes de la FNAC lucían macabros gadgets: un hilillo de sangre chorreando desde las comisuras de los labios, dentaduras con afilados colmillos... Además, se organizaron distintas actividades relacionadas con la obra de Meyer: un trivial, concurso de disfraces...
El éxito es rotundo: millones de lectores en todo el mundo, páginas webs, comunidades de fans y una película que verá la luz en diciembre y que contará con Robert Pattinson -Edward Cullen- y Kristin Stewart -Bella-.
Señora, ha triunfado de nuevo el... ¡TEEN POWER!
Crepúsculo, Luna nueva, Eclipse y Amanecer están editados en España por Alfaguara.
Entrevista con Stephenie Meyer (subtítulos en castellano)
Emoción entre los fans ante la publicación de Amanecer
Trailer de la película Twilight (Amanecer) (V. O.)
incorporo a este Blogo Bizarro una nueva sección semanal, Fetiches con acné, un ácido recorrido por la actualidad adolescente en busca de los ídolos, las debilidades, los amuletos, los tótem de los jóvenes y jóvenas de hoy en día. Un apasionante safari por una enrevesada jungla de la que intentaré salir ileso y licon el cutis bien limpio. ¡Señora, entienda mejor a su hijo/a y sucumba de una vez al... TEEN POWER!
Todos los diarios digitales que he consultado coinciden en la misma idea: la escritora Stephenie Meyer va paso de arrebatar a J. K. Rowling el puesto de autora más popular entre los jóvenes y jóvenas, entre adolescentes y adolescentas.
Yo, hasta esta tarde, no he sabido quién es la tal Meyer, y resulta que ya ha publicado cuatro libros cuyas ventas se han traducido en una piscina de billetes que nada tiene que envidiar a la de la creadora del mago con dioptrías. El primero de ellos alcanzó el puesto 5 en la lista de best-sellers del New York Times y fue elegido libro del año por Publishers Weekly. ¡Atienda, señora: Meyer es la nueva adalid del super-ventas juvenil! Claro que su modus operandi no ha trascendido la vulgaridad de los best-sellers actuales, porque lo que esta mormona cuarentona fanática de la música de Muse nos ofrece es una rica ración de saga, la Saga Crepúsculo, formada por los títulos Crepúsculo, Luna nueva, Eclipse y Amanecer. Mediante una sabia y eficaz fórmula concentrada a base de romance adolescente y terror revienta-acnés, esta novela seriada cuenta las aventuras de Isabella Swan 'Bella', una chica normal y corriente que se enamora de un sedcutor vampiro, Edward Cullen. Échele guindas al pavo...
Ayer por la tarde fui a la FNAC; claro, yo no sabía nada de todo esto de la Meyer y me dí de bruces con un fenómeno que no logré entender. Lo primero que me desconcertó fueron unas tiras color granate que formaban una cortinilla en la entrada a la cuarta planta del edificio. Era demasiado temprano para los adornos navideños, pensé, e inmediantamente, como si esperara la explosión de una granada a 15 metros de mí, me tapé los oídos y cerré con fuerza los ojos temiendo escuchar algún villancico. Por suerte, no oí ninguna vocecilla aflautada dispuesta a perforarme el tímpano con su tonto pero feliz cántico.
Atravesé el visillo rojo violado después de que lo hiciera con desgana un hombre canoso de traje, corbata y zapatos brillantes como un excremento descompuesto y tornasolado por la luz amarilla del inodoro de tus vecinos. Al otro lado había algo parecido a eso que los anglosajones llaman stand, donde se había apilado un buen puñado de libros con un -a priori- esperanzador título: Amanecer. En la portada: un tablero de ajedrez con una reina blanca en primer plano y un peón rojo en el fondo. Pensé que se trataba de una publicación reciente y muy esperada. Me acerqué a aquel stand y ojeé un ejemplar. Después tomé el primer libro de la saga, Crepúsculo, y leí la contraportada:
"Hay tres cosas de las que estoy completamente segura: primera, Edward es un vampiro. Segunda, una parte de él se muere por beber mi sangre. Y tercera, estoy total y perdidamente enamorada de él".
Empezaba a saber por dónde iban los tiros... pero no pude reflexionar mucho más sobre aquellas palabras pues en ese momento una tromba de gritos y suspiros adolescentes rompió la aparente calma de la cuarta planta. El escándalo se acercaba por las escaleras mecánicas. De pronto, unas quince o veinte quinceañeras se avalanzaron emocionadas hacia las pilas de ejemplares de Amanecer. Sin apartar la vista de aquel alborozado grupúsculo, retrocedí tres pasos sin poder barrer la estupefacción de mi rostro.
Aquellas chicas, varias de ellas vestidas con prendas negras y motivos góticos, comenzaron a devorar con avidez los primeros renglones de tan esperado libro. ¡Algunas se echaban fotos en el stand! ¡Otras acunaban en sus regazos pilas de tres y cuatro ejemplares! Incapaz de apartar la vista de aquel panorama. De pronto me sentí como un abuelo de noventa años que no logra entender lo que sucede a su alrededor. Era obvio que Amanecer se ponía a la venta aquel día. ¡Qué emoción! ¡Qué expectación! Si hasta los dependientes de la FNAC lucían macabros gadgets: un hilillo de sangre chorreando desde las comisuras de los labios, dentaduras con afilados colmillos... Además, se organizaron distintas actividades relacionadas con la obra de Meyer: un trivial, concurso de disfraces...
El éxito es rotundo: millones de lectores en todo el mundo, páginas webs, comunidades de fans y una película que verá la luz en diciembre y que contará con Robert Pattinson -Edward Cullen- y Kristin Stewart -Bella-.
Señora, ha triunfado de nuevo el... ¡TEEN POWER!
Crepúsculo, Luna nueva, Eclipse y Amanecer están editados en España por Alfaguara.
Entrevista con Stephenie Meyer (subtítulos en castellano)
Emoción entre los fans ante la publicación de Amanecer
Trailer de la película Twilight (Amanecer) (V. O.)
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