sábado, 13 de enero de 2007

Crítica: 'Primavera en Nueva York', Martirio

Martirio
Primavera en Nueva York
Sony-BMG / Calle 54 Records (2006)
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Lo comenta el productor Nat Chediak en el libreto de Primavera en Nueva York, el último disco de Martirio*: a diferencia de los norteamericanos, que suelen cuidar y explorar su cancionero hasta cotas envidiables, los latinos hemos permanecido muchas veces indiferentes ante la grandeza de nuestro patrimonio musical.


Así que para enmendar el desliz, el ‘equipo’ de este álbum (Chediak, Fernando Trueba y, cómo no, la propia Martirio) se propuso grabar un disco de boleros distinto, rastreando en el repertorio menos conocido pero igual o más explosivo que los clásicos de siempre: el perteneciente a la segunda y tercera generación del bolero, enmarcadas en los años cuarenta y cincuenta, década esta última en la que el estilo se dejó influir por la balada estadounidense. De esta forma, nació el ‘filin’ (del inglés ‘feeling’, es decir, ‘sentimiento’). Aquí reside la primera grandeza de este Primavera en Nueva York.

La segunda cima del álbum es, sin duda, el magnífico elenco de músicos que se reunió en los neoyorquinos Avator Studios y que en menos de cinco días acompañó con ricas texturas la inolvidable interpretación de Martirio que, a pesar de estar lejos de su casa, de sus músicos habituales y, en definitiva, de su entorno, supo atacar cada canción con templanza y sentimiento.

Pensado como una suite o álbum conceptual, Primavera en Nueva York narra, a través de doce boleros intoxicados de jazz, bossa y otras mieles, las distintas estaciones de una relación amorosa: el descubrimiento de un mundo nuevo, el desengaño, la reconciliación.

Sin embargo, no es tanto lo de la suite lo que hace que Primavera en Nueva York sea un disco sin fisuras ni irregularidades, sino más bien la perfecta cohesión entre los músicos y Martirio, quien se mueve como un pez en el mar de sonidos de Kenny Drew Jr. (piano), George Mraz (contrabajo) y Dafnis Prieto (batería), tres genialidades que forman la base armónica y rítmica del álbum. A este trío se les unen los siempre acertados aportes de Claudio Roditi (fliscornio), Edgardo Miranda (guitarra) y de dos pesos pesados del jazz: Paquito D'Rivera (clarinete) y Houston Person** (saxofón tenor).


En definitiva, Primavera en Nueva York es pura delicia: desde los cálidos acordes del piano de Kenny Drew Jr. en ‘Ese sentimiento que se llama amor’ (de José Antonio Méndez) hasta el broche final del álbum, la delicada ‘Me faltabas tú’ (también de Méndez), pasando por el bolero-bossa de ‘No puedo callar’ (Mercedes Fernández) -ojo al solo de fliscornio de Roditi-, los culebreos del clarinete de Paquito D’Rivera en ‘Qué me importa’ (Mario Fernández Porta) o el swing de Mraz y Prieto en la fabulosa ‘Mi ayer’ (Ñico Rojas), donde D’Rivera y Kenny Drew Jr. vuelven a hacer diabluras con sus instrumentos.

En una palabra: hermoso.


* Martirio actuará el próximo sábado 20 de enero en el Auditorio Casa de Cultura de Bullas (Murcia), a las 22.00 horas. Precio: 12-15 euros.

** Houston Person también visitará la Región de Murcia. Actuará el próximo sábado 20 de enero en la Carpa Parque Almansa de San Javie, dentro del ciclo Músicas del Alma. Será a las 22.00 horas. Precio: 6 euros.

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