domingo, 25 de febrero de 2007

Crítica: 'Hotel Lichis', La Cabra Mecánica

La Cabra Mecánica
Hotel Lichis
Dro (2005)
**********

Hace no mucho recomendaba al Sr. Nadie que echara un par de oídos a La Cabra Mecánica y, especialmente, a su -hasta ahora- último disco, Hotel Lichis, álbum que lleva por nombre al alma mater de este grupo, o mejor dicho, a su único componente, pues decir La Cabra Mecánica es decir Lichis, y viceversa.

De entre los cinco discos de La Cabra, Hotel Lichis resulta, probablemente, el más equilibrado. Más introspectivo y auténtico que Vestidos de domingo (Dro, 2001). Más redondo que Cabrón (Dro, 1999).

Desde la verborrea ácida de '¡Ay! poetas!' hasta la autocrítica casi destructiva de 'Antihéroe', las canciones de Hotel Lichis otorgan al disco un caminar constante, sin tropiezos de ningún tipo. Incluso lo que podría considerarse el 'medio tiempo' del álbum, 'Como Penélope en la estación del AVE', no rompe el buen ritmo general.

Es este Hotel Lichis un disco clave en la carrera del músico de Lavapiés. En primer lugar, porque incluye un puñado de buenas canciones que le sirvieron para exorcizar episodios amargos y decadentes de un pasado que a veces pinta con ácida ironía, y otras, con una mezcla de mala baba y angustia. Y en segundo lugar, porque también el álbum le ayudó a crecer musicalmente, o técnicamente, si se prefiere. Y es que Hote Lichis está casi exclusivamente interpretado por el músico madrileño. Baterías, guitarras, bajo, contrabajo y, por supuesto, voces, corren a cargo de Lichis. Aunque también se cuelan algunas colaboraciones.

Como es habitual, el madrileño echa mano de distintos palos para escupir sus historias. El corte que abre el disco, '¡Ay! poetas!', se presenta como una suerte de rumbatón cuya letra se encarga de destrozar tópicos odiosos ("Todo el mundo dice que los chinos / pillan al gato y al abuelito / y los hacen picadillo 'pa ponelo' en los rollitos ¡Ay canalla! / manda cojones con la china milenaria"), y de repasar capítulos jodidos del pasado del autor ("(...) me llegó a doler tanto que intenté suicidarme / ahogando mis carnes morenas en Coca-Cola / tomándome una aspirina con Bayleis / y quise bajar al infierno tocando / el 'Starway to heaven' al revés"). Noten, además, camaradas blogotroters, los sutiles juegos del lenguaje que emplea nuestro querido músico: "Y yo que aspiraba a Maradona / me quedé en la cocaína leré y 'dise'". La gracia está, por supuesto, en ese "aspiraba".

Con el feeling rumbero entroncan también canciones como 'La uña de la rumba', con ese efectista arreglo de tres de Pepo López; y 'El malo de la película', primer single del álbum, una rumbita catalana en la onda Peret, de esas que a Lichis le han dado tan buenos resultados comerciales -escúchense otros temas similares de anteriores trabajos como 'La lista de la compra'-.

Son, sin duda, este tipo de canciones de La Cabra las que al final tienen más cabida en las ondas hertzianas comerciales. Sin embargo, el propio Lichis confiesa que le gustaría que la gente conociera más su música por temas como 'Gracias por nada', 'Como Penélope en la estación del ave' o 'Antihéroe', triada de piezas que conforman la parte más pop de Hotel Lichis. "('Gracias por nada') es mi tema favorito del disco", comentaba el músico madrileño en una entrevista promocional. "Me gustaría (...) que la gente se acercase a mi música más por estas canciones de ambiente pop que por mis temas más folclóricos o por las rumbas, que han sido un poco el estandarte de La Cabra hasta ahora. Para mí, las rumbas son un detalle anecdótico, y quizá me sienta más orgulloso de mis composiciones en esta línea".

Lo cierto es que Lichis dispara balas certeras tanto en unos estilos como en otros. Ya lo demostró en discos como Cabrón con 'Drid pop' y 'Sobre cañones y moscas'. Ahora vuelve a dejarlo claro en este álbum. Del trío de canciones anteriormente citado, la más elaborada y recargada es 'Como Penélope...', un tema de atmósfera Beatle en el que Lichis echa mano del humor y el melodrama para contar una historia de desamor y noches decadentes.

Bien, tenemos el grupo de canciones rumberas, la triada de temas pop, y falta un tercer bloque que yo definiría como 'Canciones inclasificables'. Es en este cajón* donde metería lo que para mí es la joyita del disco: 'Pinocho', un tema oscuro en la onda del Tom Waits de Swordfishtrombones y Rain dogs. Calificada por Lichis como "folk-punk vallecano", el tema contiene una de las letras más descaradas del álbum. El recitado y la descarga de imágenes de la segunda estrofa recuerdan incluso al estilo de los escritores beat de los 50.

'Tu casa de Terrassa' es otra de esas canciones que se salen de la norma. De acuerdo, es un tema folclórico, una especie de cante de ida y vuelta, pero llevado a un terreno personal, con el sello Lichis tatuado en el corazón de la pieza. Al margen de toda palabrería, es una canción realmente bonita. El acordeón corre a cargo de Cuco Pérez, la guitarra es de Pepo López, y los jaleos, de Guille 'Linga'** (El Combo Linga).

'Siesta' y 'Son las 13:14' suponen los temas más rockeros de Hotel Lichis. El primero está influído por grupos como Blur o Elastica; el segundo bebe del punk y también, en cierto modo, de las formas y maneras de Robe Iniesta. La crudeza de este tema es palpable en algunas estrofas, como la que hace referencia al proceso de desenganche de la cocaína por parte del autor: "Si no me huele a azahar / si no encuentro alegría / moriré de pena matando tu recuerdo / a base de polen, pornografía y poleo menta". Como dato curioso, fijénse, camaradas blogotroters, en el paralelismo entre los métodos de 'desintoxicación' de Lichis y Calamaro, quien aseguró haber dejado la cocaína a base de "terapia de porro y chat" (Rolling Stone, nº 52, febrero 2004, pág. 52).

Y, por último, otro de los temas que merecen una escucha atenta, la canción que da título al disco, 'Hotel Lichis', una pieza en la que "se habla de renacer de las cenizas", según su autor. Sobre acordes folk-rock, el músico de Lavapiés rapea una letra que echa la vista atrás, vuelve a mirar al presente y estira el cuello para otear el futuro. A lo largo de la canción, Lichis vierte versos muy inspirados ("Pasaba las noches mirando al techo / haciendo censo de gotelé"; "No confundo cuatro estrellas con el firmamento / No vale el alpiste esta jaula de tristeza"; "Tú tienes tu canción / yo mi psicoanálisis pagado / Que se acabe la función / al bajar del escenario"). Tras el segundo estribillo, parece como si el artista cogiera carrerilla, tomase el impulso necesario y saltara desde la azotea de un rascacielos para aterrizar en un nuevo estadio vital... La canción gana en intensidad y el madrileño comienza a vomitar frases con una mezcla de rabia y orgullo: "Entonces decidí no regresar jamás a casa / y apechugo como un hombre / y lloro como un niño / y me siento tonto y feliz como un villancico / y le gasto el nombre al amor / canción a canción / dipsomanía de cariño". En definitiva, esta canción resume el espíritu general de un disco con altas dosis de honestidad lírica y musical.

No sé cuál será la experiencia del resto de los mortales. Yo, por mi parte, vuelvo y revuelvo a las 13 canciones de este álbum como si me sometiera a una terapia de cuerpo-mente. Y, al final, escudriñando en el corazón, siempre me encuentro con lo mismo: melancolía y sabores agridulces... pero también ganas de echar pa'lante.



* Como puede apreciarse, al final todos los periodistas necesitamos etiquetar las cosas, meterlas en cajoncitos. Mala práctica la nuestra...

** En el libreto de Hotel Lichis hay un fallo, pues no se incluyó a Guille Linga en los créditos de 'Tu casa de Terrassa'. Fuentes fidedignas confirman que los jaleos son del percusionista, flautista y vocalista de El Combo Linga.

4 comentarios:

Sr. Nadie dijo...

Una crítica genial compañero. Completa y perfectamente estructurada/documentada, a la par que descaradamente subjetiva y atractiva para el lector. Sin duda, el desparpajo de tus letras se queda corto para este blog.

J. R. Bizarro dijo...

Gracias, camarada. Es siempre un placer verter renglones sobre musiquita de valor. Me gustó tu apreciación de "descaradamente subjetiva y atractiva para el lector", pues ése es el objetivo que busco. Diste en el clavo. Habrá próximas entregas de discos que considero de alto calibre.
Por cierto, ¡me encantó el ojo bizarro que me enviaste por mail! ¡Todo un punto!

basiliopc dijo...

Amén con todo lo dicho. Ya comentamos hace un tiempo la extrema calidad de este disco que a mi también me ha encantado.
Mi canción favorita del LP es "Tu casa de Terrasa" con una de las mejores frases que recuerdo en una canción: "Que yo te ofrezco gitana un amor tan sincero y limpio y un anillo de compromiso de la vitola de un Montecristo". Puro Kitsch.

J. R. Bizarro dijo...

'Tu casa de Terrassa'... una canción deliciosa...
Para mí, el Lichis ha sido un descubrimiento tardío. No obstante, tanto lo primeo de su carrera como lo último demuestran a un letrista de gran calibre: agudo, ácido y rabioso.