"O tengo el cerebro frito o repito la misma canción" *

Despertar más tarde de lo que esperabas,
más tarde de lo que habías calculado…
Abrir los ojos con la sensación
de tener un estropajo en la boca.

Con este tiempo, confundir el mediodía
con las tempranas horas de la mañana
pasa de una punible torpeza a ser
un fácil desliz (eso sí, bastante vergonzoso).

Intento abandonar el lecho en un ejercicio de ligera resignación.
Lo siguiente es poner el primer pie
(ya no sé si debe ser el derecho o el izquierdo, preguntemos a Jack Nicholson)
en el suelo,
aquella superficie entarimada que en ese justo momento
pierde toda su familiaridad
para convertirse en un mundo inhóspito y antipático.

Con cierta apatía pretendo aterrizar,
poner los pies en la tierra,
bajar de la nube…
¡Qué triste abandonar mi templo de sábanas corintias
mientras suena en mi interior la misma canción de siempre!
“Hay días en que valdría más
no salir de la cama” *.

Ya no hay más que hacer…
…sólo seguir adelante,
amarrar algunas ideas para empezar el (medio) día…

Por nada del mundo volveré antes de la noche al palacio de las sábanas,
que es guarida y purgatorio simultáneamente.
Búnker que me aísla de lo mundanal,
trinchera desde la que me cubro de los disparos enemigos.
Pero, a la vez, limbo donde mi alma se desvela en ocasiones
a la espera de tu presencia redentora y ardorosa.

Sólo cuando en la madrugada los párpados se tornen en pesadas presas
regresaré al lecho y me encaramaré a los sueños que éste me brinde.
Mis escasas ilusiones serán pájaros que revolotearán trazando círculos
sin demasiado sentido.

* '4 jinetes', Andrés Calamaro ('Inéditos 2000-2003').
** 'Días extraños', Nacho Vegas ('El tiempo de las cerezas', Bunbury & Vegas)